Histórico para la protección de los derechos de los animales domésticos y su relación con las familias, el Tribunal de la CD. De México, ha determinado que la estructura de la familia conlleva a la existencia de un nuevo tipo de familia, la familia multiespecie. Esta decisión establece que los animales domésticos son una parte importante de la familia, no solo a nivel emocional, sino también desde una perspectiva jurídica.
El Tribunal emitió esta resolución al amparo de la C. Bertha Romero; contra una decisión del Instituto de Verificación Administrativa INVEA, el cual había determinado que su vivienda no cumplía con los requisitos de uso de suelo para albergar perros y ofrecer servicios de estética y adiestramiento. En el año 2019 la C. Bertha Romero, había informado que utilizaría hasta el 20 por ciento de su hogar para estas actividades caninas, sin embargo, la Ley de Establecimientos Mercantiles no permitía operar este tipo de negocios en una vivienda clasificada como bajo impacto, la resolución del Tribunal establece que el giro mercantil de albergue y cuidado de animales responde a una demanda social generada por la creciente integración multiespecie en las familias. El reconocimiento legal de la familia multiespecie implica que las necesidades y el bienestar de los animales domésticos deben ser considerados y protegidos, así como los derechos de sus dueños.
La decisión del Tribunal abre un importante precedente para futuros casos relacionados con la convivencia de los animales domésticos en espacios familiares y su relación con actividades económicas de bajo impacto. Se espera que este reconocimiento promueva una mayor compresión y sensibilidad hacia los animales domésticos, reconociéndolos como seres que forman parte de la unidad familiar y tienen derechos propios. La determinación del Tribunal refleja una evolución en la sociedad, reconociendo que las familias adoptan diferentes formas y composiciones. La inclusión de los animales domésticos en la estructura familiar legalmente reconocida es un reflejo de los profundos vínculos emocionales y la responsabilidad compartida que las personas tienen con sus mascotas. Este fallo judicial marca un antes y después en la protección de los derechos de los animales domésticos y consolida el camino hacia una sociedad más inclusiva y compasiva para todas las especies que coexisten en nuestro entorno familiar y social.
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